Silencio



No hay palabras.
A primera hora de la tarde se me ocurrió abrir la web de El País, y me encontré con las noticias: 25 muertos en un accidente. Al cabo de un rato, 40. Luego la radio hablaba de más de 100. Esta noche, 150.
Y de repente sonó el móvil de Clara. Un buen amigo suyo de hace tiempo, a quien yo no conocía, estaba en ese maldito avión. Mierda.
Espero que estéis todos bien. Que ni vosotros ni ninguno de los vuestros se estuviera yendo hoy a Canarias. Que vuestra tristeza no tenga nombre y apellidos.
¿Por qué diablos pasa algo cada vez que cambio de empleo?
Esta noche, más que nunca, tengo a Madrid en el corazón.

Como comprenderán, no hay guarnición que valga...


Imagen: Night lights

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